martes, 1 de noviembre de 2011

Hombres parte 2


Políticamente… Hombres 2da parte

Durante el tiempo que llevo escribiendo en mi columna, nunca ¡nunca! Me ha enviado ninguna “indignada” un correo quejándose de las miserias que escribo, por el contrario siempre ¡siempre! Los “indignados” son los hombres. Estuve analizando la situación y me pregunte ¿Por qué los hombres se indignan cuando una mujer habla sobre las miserias de nosotras mismas? Encontré varias razones pervertidas, como que les recuerdo a su mamá, a sus hermanas tal vez, o porque están rodeados de tanta basura que les parece ofensivo que hable de mujeres que para ellos son “comunes” y sobre todo “grandes mujeres” en su vida. La realidad es otra, los hombres se “indignan” porque nosotras las mujeres hemos permitido que nos victimicen, si, nosotras de nuevo somos responsables.

Las mujeres siempre hemos tenido grandes logros desde la época medieval con Sor Juana Inés de la Cruz, La época de Jesucristo con Magdalena, la época de la revolución francesa con la poetisa… perdón olvide su nombre, en fin, esa poetisa que dijo que el sufrimiento de la mujer es causada por ella misma. Las mujeres tenemos siglos, si ¡siglos! De logros y triunfos, por siglos fuimos capaces de mantener a nuestras familias unidas, a una sociedad compasiva del prójimo, comprometida con nuestras culturas y creencias hasta que llego la “liberación femenina”, esto lo explicare en otro artículo.

Definitivamente siempre hemos tenido mucho poder sobre la sociedad, quien definitivamente nos quitó ese poder fue el hombre, su cerebro no alcanza a asimilar que un ser sin músculos aguante tanto dolor, que un ser vulnerable sea capaz de tumbar a Goliat por un hijo, que un ser tan bello pueda dirigir las vidas de una familia y una comunidad entera; así que, por la famosa lucha de poderes que los seres humanos hemos experimentado por siglos, el hombre sometió a la mujer y le dijo que era débil, que no tenía derechos, que debía mantenerse atrás de él, que no “podía”, que no “debía”, y nosotras de taradas como siempre les creímos.

Cuando llego la liberación femenina los hombres, siempre al pendiente del poder, nos dijeron “Ahora si pobres mujeres sometidas por tantos siglos, nosotros los hombres les damos derecho al voto, a escoger con quien se casan, si se casan y si quieren hijos, les damos el derecho a trabajar” –Muy conveniente para ellos por cierto- “Les damos el derecho a estudiar, nosotros los hombres las hemos sacado de su hoyo ¡pobres mujeres! Les damos el valor que todo ser humano merece ¡nosotros los hombres las hemos salvado!” y nosotras nuevamente de taradas les creímos.

Y empezaron a victimizarnos, a apapacharnos, nos han hecho creer que somos valoradas como seres reprimidos que “hasta ahora” –por supuesto que no- pensamos y actuamos con valentía y coraje para salir adelante, cuando no es verdad, nosotras siempre hemos sido grandes aportadoras para nuestra sociedad y fuimos nosotras quienes luchamos por la igualdad -cosa que también se ha malentendido y que explicare en otra ocasión- Ese sentimiento de que el hombre nos liberó y nos dio oportunidades se lo hemos pasado a nuestros hijos, que por supuesto nunca !nunca! Han leído sobre grandes mujeres de nuestro pasado y por consiguiente sienten que es absurdo que se hable de las miserias de una mujer que ha logrado “tanto”, les parece que al hablar de nuestros errores se le quita valor a nuestros logros.

Me apena informar que en su lucha por el poder, en su lucha por probarse mejores que nosotras, en su lucha por victimizarnos para hacernos ver pequeñas, se están perdiendo de la maravillosa oportunidad de conocer a las mujeres de verdad, están malgastando su energía en absurdas demostraciones de “comprensión” y “apoyo” cuando podrían caminar hombro con hombro con nosotras y nuestros hijos, y nosotras las mujeres estamos permitiendo que se lleve el galardón del “libertador” un ser al que nosotras dimos vida, hemos amamantado, hemos educado –algunas veces muy mal por cierto, como los machistas por ejemplo- y hemos empujado a ser mejor cada día. Esto no quiere decir que debemos despreciar al hombre, yo personalmente sin mi esposo no vivo, pero no debemos permitir que nos victimicen, no son nuestros libertadores, no son nadie para decidir que se dice de una mujer y que no, no están en nuestros zapatos y jamás podrían calzarlos. El día que los hombres dejen de pensar que hemos tenido logros “hasta ahora” ese día nos están verdaderamente valorando y nosotras las mujeres debemos dejar esa lucha absurda de la “igualdad” no podemos por ningún motivo ser iguales, pues entonces dejaríamos de ser un complemento.

Tengo fe en que un día nos valoraremos por lo que siempre hemos sido, no por los logros actuales que son burdos y torpes, que se nos quitara lo taradas y dejaremos de hacer comparaciones sobre quien es mejor y nos dedicaremos a amarnos como nuestra biología física lo dicta y nuestro corazón de mujer lo intuye, y por ultimo para los “indignados” las mujeres podemos despedazarnos, pero nunca nos haremos daño… un privilegio que nadie tiene derecho a quitarnos.
Rosalbajm66@hotmail.com

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