Políticamente… Hombres 2da parte
Durante el
tiempo que llevo escribiendo en mi columna, nunca ¡nunca! Me ha enviado ninguna
“indignada” un correo quejándose de las miserias que escribo, por el contrario
siempre ¡siempre! Los “indignados” son los hombres. Estuve analizando la situación
y me pregunte ¿Por qué los hombres se indignan cuando una mujer habla sobre las
miserias de nosotras mismas? Encontré varias razones pervertidas, como que les
recuerdo a su mamá, a sus hermanas tal vez, o porque están rodeados de tanta
basura que les parece ofensivo que hable de mujeres que para ellos son “comunes”
y sobre todo “grandes mujeres” en su vida. La realidad es otra, los hombres se
“indignan” porque nosotras las mujeres hemos permitido que nos victimicen, si,
nosotras de nuevo somos responsables.
Las mujeres
siempre hemos tenido grandes logros desde la época medieval con Sor Juana Inés
de la Cruz, La época de Jesucristo con Magdalena, la época de la revolución
francesa con la poetisa… perdón olvide su nombre, en fin, esa poetisa que dijo
que el sufrimiento de la mujer es causada por ella misma. Las mujeres tenemos
siglos, si ¡siglos! De logros y triunfos, por siglos fuimos capaces de mantener
a nuestras familias unidas, a una sociedad compasiva del prójimo, comprometida
con nuestras culturas y creencias hasta que llego la “liberación femenina”,
esto lo explicare en otro artículo.
Definitivamente
siempre hemos tenido mucho poder sobre la sociedad, quien definitivamente nos quitó
ese poder fue el hombre, su cerebro no alcanza a asimilar que un ser sin músculos
aguante tanto dolor, que un ser vulnerable sea capaz de tumbar a Goliat por un
hijo, que un ser tan bello pueda dirigir las vidas de una familia y una
comunidad entera; así que, por la famosa lucha de poderes que los seres humanos
hemos experimentado por siglos, el hombre sometió a la mujer y le dijo que era
débil, que no tenía derechos, que debía mantenerse atrás de él, que no “podía”,
que no “debía”, y nosotras de taradas como siempre les creímos.
Cuando
llego la liberación femenina los hombres, siempre al pendiente del poder, nos
dijeron “Ahora si pobres mujeres sometidas por tantos siglos, nosotros los
hombres les damos derecho al voto, a escoger con quien se casan, si se casan y
si quieren hijos, les damos el derecho a trabajar” –Muy conveniente para ellos
por cierto- “Les damos el derecho a estudiar, nosotros los hombres las hemos
sacado de su hoyo ¡pobres mujeres! Les damos el valor que todo ser humano
merece ¡nosotros los hombres las hemos salvado!” y nosotras nuevamente de
taradas les creímos.
Y empezaron
a victimizarnos, a apapacharnos, nos han hecho creer que somos valoradas como
seres reprimidos que “hasta ahora” –por supuesto que no- pensamos y actuamos
con valentía y coraje para salir adelante, cuando no es verdad, nosotras
siempre hemos sido grandes aportadoras para nuestra sociedad y fuimos nosotras
quienes luchamos por la igualdad -cosa que también se ha malentendido y que
explicare en otra ocasión- Ese sentimiento de que el hombre nos liberó y nos
dio oportunidades se lo hemos pasado a nuestros hijos, que por supuesto nunca !nunca!
Han leído sobre grandes mujeres de nuestro pasado y por consiguiente sienten
que es absurdo que se hable de las miserias de una mujer que ha logrado
“tanto”, les parece que al hablar de nuestros errores se le quita valor a
nuestros logros.
Me apena
informar que en su lucha por el poder, en su lucha por probarse mejores que
nosotras, en su lucha por victimizarnos para hacernos ver pequeñas, se están
perdiendo de la maravillosa oportunidad de conocer a las mujeres de verdad,
están malgastando su energía en absurdas demostraciones de “comprensión” y
“apoyo” cuando podrían caminar hombro con hombro con nosotras y nuestros hijos,
y nosotras las mujeres estamos permitiendo que se lleve el galardón del
“libertador” un ser al que nosotras dimos vida, hemos amamantado, hemos educado
–algunas veces muy mal por cierto, como los machistas por ejemplo- y hemos
empujado a ser mejor cada día. Esto no quiere decir que debemos despreciar al
hombre, yo personalmente sin mi esposo no vivo, pero no debemos permitir que
nos victimicen, no son nuestros libertadores, no son nadie para decidir que se
dice de una mujer y que no, no están en nuestros zapatos y jamás podrían
calzarlos. El día que los hombres dejen de pensar que hemos tenido logros
“hasta ahora” ese día nos están verdaderamente valorando y nosotras las mujeres
debemos dejar esa lucha absurda de la “igualdad” no podemos por ningún motivo
ser iguales, pues entonces dejaríamos de ser un complemento.
Tengo fe en
que un día nos valoraremos por lo que siempre hemos sido, no por los logros
actuales que son burdos y torpes, que se nos quitara lo taradas y dejaremos de
hacer comparaciones sobre quien es mejor y nos dedicaremos a amarnos como
nuestra biología física lo dicta y nuestro corazón de mujer lo intuye, y por
ultimo para los “indignados” las mujeres podemos despedazarnos, pero nunca nos
haremos daño… un privilegio que nadie tiene derecho a quitarnos.
Rosalbajm66@hotmail.com
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