Políticamente… Mis muertos
Este 2 de
noviembre se celebra, festeja, conmemora o ya ni se, el día de muertos, me
queda claro que es un día que por tradición se recuerda a los seres queridos
que se nos han adelantado, pero también recuerdo las flamantes borracheras en
los panteones o cementerios en este día en México. En fin para mí solo es un día
de recordación, un día mas, porque durante al año hay muchos, en los que pienso
en mis muertos. Ahora que pasó de las 4 décadas mis muertos han aumentado y confió
en que la cantidad seguirá creciendo si es que no me voy yo primero. Lo que es
un hecho es que unos me duelen más que otros, a unos extraño más que a otros, y a unos ni siquiera los he
perdonado por haberme dejado atrás y de esos es de los que quiero hablar, así, mi
lista de muertos se reduce a 3.
La primera
fue mi mejor amiga de la preparatoria, quien después de matar a su novio se dio
un balazo con 3 meses de embarazo, a ella no he podido perdonarle la cobardía y
de pilón haberme llamado para despedirse antes de suicidarse, tengo que
reconocer que ya no me persiguen sus canciones favoritas alrededor de la fecha
de su muerte, ni tampoco salen de la nada comentarios sobre ella justo a días
del aniversario de su muerte, por lo que quiero pensar que ella ya me perdono a
mí el que yo, no la haya perdonado a ella, su ausencia me dejo un “Y si no se
hubiese muerto: ¿dónde estaríamos ahorita, como sería su bebe, se hubiese
casado solo por el civil (la iglesia era
un farsa para ella)como soñaba? o tal vez sería de esas hermosas amistades de
adolescencia en donde mantienes el cariño vivo por medio del recuerdo” –no se y
nunca lo sabré.
Mi segundo
muerto fue mi padre, él siempre me dolió incluso antes de muerto, fue mi primer
amor, mi primer amigo, mi primer confidente. Verlo enfermo fue una tortura,
pero siempre confié en que era un luchador ¡Ese hombre que tanto me amaba no
podía dejar de luchar! y no fue así, hoy por hoy no quiero pensar que se dio
por vencido, hoy pienso que llego primero el coagulo en su cerebro que todos
los medicamentos que tomaba, pero al principio y a mis 15 años cuando murió, el
sentimiento de abandono fue tan grande que mi vida nunca fue la misma y al
igual que Paty me dejo con muchos “Y si”. De seguro se volvía a morir si
supiera que vivo en el país que él se crio y en el que nunca quiso vivir y al
que nunca confió la educación de sus hijos, creo que él me abrazaría muy fuerte
cada vez que yo le contara lo mal que he educado a mis hijos, creo que nunca le
hubiese gustado mi primer marido y al segundo lo tuviera muy bien vigilado,
estoy segura que disfrutaría mucho de mis nietos y Juanito fuera un mejor
hombre, y de Hilda no sé, creo que el jamás me hubiese hecho sentir estúpida
por criar a la hija de otra.
Mi tercer
muerto y el más reciente es mi tío Mano, el me salvo la vida varias veces y a
pesar de eso no le perdono se haya muerto en mi ausencia, que no me haya
permitido estar con el de perdida para darle las gracias y después de su muerte
perdí el sueño de regresar a México. La primera vez que salvo mi vida fue
cuando me divorcie, sin él y mi suegro (ex suegro, en fin a quien le importa,
odió los “ex”s) el haberme deshecho de mi marido hubiese sido un infierno
“financiero”, me acogió en su casa y ya no me salí hasta que decidi probar
otros aires en otras ciudades de México. La segunda vez que salvo mi vida fue
cuando me dijo un día en la madrugada, como a eso de las 6 am, cuando regresaba
de mis acostumbradas parrandas –Hija ¿No crees que estas tomando mucho y muy
seguido?- Viniendo de él, un alcohólico, fue un shock muy grande, lo mire, me
miro, me palmeo la espalda, agacho la cabeza y se fue a esculcar en la cocina
entre los escondijos de la Chavelita, tratando de encontrar algo dulce (era
diabético) yo me metí a la recamara, vi a mi hijo dormido, lo abrace, me metí a
bañar y no volví a emborracharme más, desde entonces disfruto del alcohol como
cualquier monja disfruta del rompope. La tercera me dijo –Vale la pena
intentarlo, si no funciona, no fue por falta de buena intención- y no puedo dar
más detalles, lo cierto es que mi tío fue el padre que estoy segura mi propio
padre aprobaría.
Los demás
muertos tienen una importancia muy grande en mi vida, sobre todo aquellos que
extraño, ya que son los que tenía uno más cerca, los que me duelen es por que
murieron prematuramente, ellos son diferentes, el sentimiento lleva más
resignación, y pasan los días más ligeros, pero los que uno no perdona la carga
es más pesada. Confió en que un día el recuerdo de estos 3 maravillosos seres
en mi vida sea más llevadero, mientras los cargo en mis pensamientos y busco
entre lo aprendido por la vida dejarlos ir, con todo y el sentimiento de
abandono.
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